Soy una apasionada de septiembre. El mes de las tranquilas puestas de sol y de los tempranos atardeceres.
De los anuncios para coleccionistas y de las deseadas vueltas al cole.
El comienzo de un nuevo “curso”, la vuelta a la rutina de otros y el amor/odio del regreso al trabajo.
El mes de las tranquilas vacaciones y de las dramáticas despedidas.
El momento de las enormes listas de propósitos, sin tener que atragantarse previamente con las 12 uvas y chinchines.
El cierre de los chiringuitos y de las terrazas de verano.
El gran mes de la celebración del amor para muchos y también de separaciones para otros.
Porque, 30 días dan para escribir un libro.
En definitiva, un mes de historias de distintos niveles qué contar o guardar, quien sabe.
Nunca concebi septiembre como un mes del amor, pero ahora que lo dices, de pronto estás fechas de me antojan hasta cierto punto romántico… Aunque bueno, que sea también para engrandecer el amor propio, que es el que más cuesta trabajo y el que más vale la pena jeje. Saludos!!
Me gustaMe gusta