El Goya a la mejor película es para…
Hace apenas una semana tuvo lugar la celebración de los Premios Goya, en donde se condensó lo mejor del cine español en una gala que apenas duró más de tres horas. No vengo a hablar de las nominaciones, ni de mi opinión acerca de la gala, eso se lo dejo a los expertos. Hoy vengo a hablar de todas aquellas historias de las que nadie habla. Me pregunto cuántas películas habrán divisado nuestros ojos, cuantas emociones habrán sentido nuestros cuerpos y cuantas aventuras habremos experimentado. Seguro que muchas más de las que somos conscientes, muchas más de las que recordamos…
Pero cuéntame una historia que no me sepa. Una de las que la gente cuenta sin saber si de verdad pasó. De esas que todos critican pero nadie entiende.
Cuéntame una de las que nunca dicen que no a una botella de vino y siempre esperan al segundo antes de que sea demasiado tarde. Cuéntamelo
Cuéntame algo que nadie me haya tocado, tócame algo que nadie haya escuchado jamás. Desafíname las cuerdas y marca un ritmo. Coge carrerilla y dímelo. Dime lo que todos piensan y nadie se atreve a decir.
Atáscate en el ascensor. Sube, baja y vuelve a subir. Aguántame la tormenta, la mirada y el vendaval. Aguanta las ganas, la paciencia y el tirón.
Cuéntame una que aún no me sepa, esa que no nos dejaban ver cuando éramos pequeños. Una de las que saben a lo que nunca podrás explicar y que explican por qué a veces es mejor no saber.
Bájame los plomo, llévame a bailar. Báilame. Lo que quieras, menos el agua. Báilame la atención mientras nos disfrazamos. Sé diferente. Ponme lo de siempre, que sepa como nunca.
No vengas para quedarte. No te acabes de marchar. Prométeme que no volverás y ven otra vez. Ven, una y mil veces, y no te acostumbres ninguna. Llega tarde, pero llega.
Cuéntame otra, una de las que nunca hayas contado el final. Una que no sepas cómo acaba. Una que no sea como las demás. En esas en las que canta Sabina en cualquier bar de mala muerte de las calles de mi cabeza. Cántame. Crúzame en rojo y sin mirar.
Cuéntame una que no me sepa y ven, no avises. Aparece sin llamar. Cámbiame los planes y convence a las horas para que pasen volando. Arranca las páginas y léeme la última frase del libro que nunca llegaste a escribir.
Mírame y dispara las palabras que nunca me oirás decir. Cuéntame una que no me sepa, cuéntamela otra vez.