Agosto no ha hecho más que empezar y ya quiero que corra con tanta fuerzas como Forrest Gump. He de confesaros que en lo que llevamos de verano ha habido más movimiento que en el propio tren de Pekin express, sumado a las altas temperaturas que no dejan sobrevivir sin aire acondicionado.
A pesar de tener 25 años y 13 días, de tener patas de gallo, de pertenecer al club de los gafotas y estar trabajando en pleno mes de agosto, a pesar de todo esto, la vida es una maravilla y tenemos la obligación de aprovechar todo inmensamente. Es el momento de brillar, de demostrar todas tus destrezas y aprovecharla al máximo.
Enamórate, ama sin medida, incondicionalmente, haz locuras por amor, sin miedo a los corazones rotos, sin temor a que no sea lo que esperabas; y si te lo rompieron, no te preocupes, sigue adelante que hay más peces en el mar, aunque los margaritas fueron inventados para algo, jaja. Seguro que era un gilipollas.
Perdona, no permitas que nadie arruine tu felicidad y si alguien te hizo daño, déjalo ir. No guardes rencores ni resentimientos ni dejes que alguien te quite la paz mental solo porque no está de acuerdo contigo. También, perdónate a ti mismo por todas esas cosas que no hiciste, que no lograste, que no cumpliste porque todo eso te ayudó a ser quien eres hoy. Haz amigos, pero no de esos pasajeros con los que solo sales de fiesta, o que te llenan de likes tus fotos de instagram; amigos de verdad, esos incondicionales que han estado contigo cuando cumpliste ese propósito que tanto anelabas pero que también te han dado la mano cuando creías que ese problema nunca tendría solución. Esos con los que has acumulado anécdotas, historias, crisis existenciales, chistes locales, tardes de verano, risas y recuerdos.
Nunca dejes de aprender, rodéate de personas que te trasmitan conocimientos que jamás imaginaste, de aquello que te dicen los errores en voz baja y sus frases las acaban con un gracias en la boca. Impulsa tus habilidades y encuentra cualidades que creías no tener. Descubre culturas, ideologías, comidas y lugares nuevos, verás todo lo que hay fuera de tu zona de confort y que te estabas perdiendo por no querer salir de tu pequeña «burbuja».
Consigue un trabajo en algo que ames, disfrútalo, esfuérzate por aprender de los que ya tienen más camino recorrido. Y si ya lo crees haber encontrado, da siempre lo mejor de ti, siempre. Que se note que das todo de ti y que te apasiona lo que haces.
Lucha por alcanzar tus sueños. Ponte metas, objetivos, plazos para lograr tus propósitos o como los llamo yo excell de mis 25, que aunque el camino parezca largo y muchas veces imposible de lograr, cuando llegues al final, sentirás esa sensación que te eriza la piel y te ilumina los ojos sabiendo que tanto esfuerzo y sacrificio valió la pena.
Pero lo más importante, sé feliz por más trillado que suene, sonríele a la vida, a las personas, a tus amigos, a los desconocidos con los que te cruzas en las calles y a los que te sonríen en el trabajo. Contagia la magia que llevas dentro, enséñales lo bonito que es la vida, y logra que al final de cada día justo antes de dormir, digas: ¡el día de hoy ha merecido la pena!