Desde pequeña, mi padre nos solía decir que un abrazo, para que cuente, tiene que durar como mínimo «10 segundos» Que ingenuos, hace menos de un mes, todos íbamos frenéticos en busca de cumplir con los objetivos antes de la llegada de primavera. Esos cruces por la calle que acompañabas con un simple saludo con la mano o una sonrisa que nos hacía cumplir con un movimiento de cabeza, lo que fuera para llegar a tiempo a la reunión.
Al igual que con dinero no se consigue todo, tampoco nosotros tenemos el control de (todo) lo que creemos. Aquí, un claro ejemplo de ello.
Y ahora te pregunto ¿Cuanto pagarías por una calada de aire fresco que dure más que el recorrido al súper, a la panadería, a la terraza, al aplauso o a las millones de rutinas (que día tras día se repiten en tu vida)?.
Confío y deseo que estés aprovechando de la mejor manera tu propio 24/7, en familia, con tu pareja, mujer, hijos, padres, amigos, compañeros de piso, con tu mascota o en soledad. Aprovecha este tiempo a marcha forzada para pensar en lo que te preocupa, para hacer aquello que por falta de tiempo antes no podías, hablar de tus asuntos pendientes, reforzar tus dudas y cuidar de los que te importan y quieres, día tras día.
Intento ser positiva y ver este tiempo como un regalo para todos. En mi caso, donde a veces me faltan las horas del día, mi mayor deseo es multiplicarme y mi razón llega a cuestionarse 876558 veces lo mismo. Le estoy inmensamente agradecida por ayudarme a dejar de lado las excusas y la frivolidad.
A la vida le sigo pidiendo lo mismo que hace un mes, pero de una forma diferente. Os animo a que aprovechéis este tiempo, lo exprimáis al máximo y al acabar el día, os preguntéis ¿Ha sido un día más ó menos?
¡Qué reflexión tan importante! Sobre todo esa pregunta que lanzas al final: aportar o restar… Espero que sigas bien. Saludos 🙂
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