Mi 2019 acabó derrapando a lo Tarantino, a hora punta en plena zona comercial día antes de Nochevieja, con eso lo digo todo. Mis padres dicen que soy demasiado dramática, ellos siempre me reconfortan diciendo que “todo puede ir siempre peor”. (Y llevan razón).
Mientras me encontraba envuelta en aquel fatídico suceso, pasaron por mi cabeza los millones de momentos vividos durante el pasado año.
¿Te has parado a pensar y has tenido tiempo de hacer balance de tu 2019? Mi intuición me dice que no, … Más allá de los millones de recuerdos idílicos (y siempre bonitos) de nuestro IG Story 2019, hay mucho más, y permanecen en cada uno de nosotros. Quizá sean compartidos o íntimos, tristes o de lo más emocionantes. Sea cual sea tu caso, recuérdalo y rememóralo para que no desaparezcan (vamos madurando y creciendo en base a nuestras experiencias).
Estas navidades, me propuse estar más cerca de todos los que diariamente hacen mi vida más fácil y bonita (sin morros y sin tecnología de por medio). Gracias a ellos, he conseguido reconectar con el espíritu de la Navidad. “A veces hay que inyectarse algo de fantasía para no morir de tanta realidad”.
Si estás leyendo esto, te reto a:
- Si crees que se ha quedado algo pendiente en el 2019 y está en tu mano poder realizarlo (aunque sea 1 año más tarde) ¡Hazlo!
- Si acabaste el año sin perdonar a esa persona y queda algo de compasión en tu interior ¡Perdónala!
- ¡Agradece siempre! Lo bueno que has tenido, lo bueno que tienes y lo bueno que está por venir ¡Ten un par de agallas y agradéceselo!
Dicho esto, y solo si has conseguido realizar alguna de las tres (y sino, también) ¡Feliz 2020!