Cuando a Johnny Cash le preguntaron por su definición de paraíso en una entrevista contestó:
“Esta mañana, con ella, tomando café”
El amor y las relaciones es como el desarrollo de los bebés. Nos hartamos de tener miedo porque el niño no habla, porque no se pone de pié y solo gatea. Porque el niño no come fruta. Hasta la fecha, millones de niños en España crecen sin comer fruta y están sanos aun a base de merendar nocilla y tigretones, todos hablan perfectamente. Incluso “whatsuppean” y por supuesto, son capaces de andar, de correr, y hasta de hacer triathlones.
Se tarda más o menos, pero la vida tiene un proceso lógico que nunca se detiene. Se acelera o se relentiza. Es simple. Obsesionarse con que no vas a conseguir algo que tiene todo el mundo es como, conducir con un freno de mano puesto pero, aún así, con el coche en movimiento. Quemas el motor y la rueda, pero avanza. Y tu no eres distinto. Te moverás, pero cuanto menos pienses en lo despacio que vas, más pronto llegarás.
Te aconsejo que apliques todo esto en tus cafés con la vida.
Yo soy sufridora por naturaleza, a lo drama queen, y me afectan hasta las películas de antena 3. Si veo a mi sobrina llorando porque no quiere ir al cole, sufro. Y tengo que hacerme ver esto, porque al final, ¡todo es un sin vivir!
Te haces a la persona con la que compartes todo, a lo bueno y a lo malo, lo aceptas, lo quieres, lo sientes, lo haces tuyo, lo sufres y lo disfrutas. Después de eso, si se acaba, tu no eres la misma persona que antes de, eres quien eres gracias a lo que habéis compartido. Tus decisiones, tus fortalezas, tus experiencias… forman parte de esa etapa que ya forma parte del libro de tu vida. Y de verdad te preguntas, cuando te miras al espejo, ¿que hago ahora contigo querida? ¿Que quieres?¿Que necesitas? ¿Que buscas? Y todo eso tiene un trabajo de fondo incalculable, en tiempo, y sobre todo en valor.
La vida esta llena de cafés. Manchados, con mucha leche, cuando las cosas vienen rodadas o sabes que “esa decisión” es la única opción; algo más oscuros en los momentos en los que las cosas están un poco más tensas, o tenemos que hacer uso de nuestras mejores armas para no morir en el intento. Fríos cuando el corazón está en calma y caliente, cuando las cosas duelen y si esperas un poquito, si no tienes prisa, en seguida estará templado, y si tu quieres, hasta frío, pero eso ya depende de ti. No vayas a pedir que te pongan un poco más de leche fría, perderá su sabor, y tu paciencia no habrá servido para nada.
Solo cuando necesitas quererte un poco más a ti sin nada que te condicione, y con leche cuando tu lado mas social llama a la puerta. En mi caso, tengo que tomarme muchos cafés solos, a ver si le cojo el gustillo, porque lo mío es estar con gente, siempre y para todo.
No sabe igual el café a las 8 de la mañana que a las 5 de la tarde. Con ella o sin ella, con el o sin el. Un lunes o un viernes, un miércoles o un domingo. De vacaciones o en septiembre, en navidad o en verano. No sabe igual en casa que fuera, en el bar de moda que en el bar de la esquina. En taza de zara home o vaso de ikea (y lo sabes).
Hablando de Johnny Cash, esta es la carta que le escribió a su mujer el día de su cumpleaños, y que me tiene fascinada:
“Happy Birthday Princess. We get old and get used to each other. We think alike. We read each other’s minds. We know what the other wants without asking. Sometime we irritate each other a bit. Maybe sometimes take each other for granted.
But once in a while, like today, I meditate on it and realize how lucky I am to share my life with the greatest woman I ever met. You still fascinate me and inspire me. You influence me for the better. You’re the object of my desire, the first Earthly reason for my existence. I love you very much.”
Me quedo con ” you influence me for me better”. Me, querer.
A veces me encantaría saber que café me voy a tomar mañana, o pasado, o en 3 años. Con quien, cuando, donde y como me sentará, pero como eso es absolutamente imposible, y sobre cafés, no hay nada escrito, me quedo con el de hoy, y mañana… mañana, ¡ya veremos!
Y recuerda, que siempre hay alguien para quien su mejor momento sea esta mañana, contigo, tomando café. No lo busques, encuéntralo.